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Publicidad tradicional vs. publicidad digital

  • Foto del escritor: Youtubethisway
    Youtubethisway
  • 21 oct 2018
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 9 dic 2018

La publicidad lleva mucho camino recorrido, su arte de persuasión tiene mucha historia y, obviamente, ha sufrido cambios estructurales, no ha sido siempre como es ahora.

Anteriormente, se centraba en el producto que ofrecía, mostrando sus características y su funcionamiento.





Esto evolucionó, centrándose, como en la actualidad hace, en aquellos a quienes van dirigidos los anuncios, estableciendo a través de la pantalla, de la radio, etc. una conversación, como si el publicista supiera quién eres y qué necesitas.


Originalmente, las estrategias publicitarias pertenecían al dominio de los medios tradicionales, tales como la prensa, la televisión o la radio, entre otros. Esta publicidad era inevitable, desempeñando un papel activo frente a un receptor completamente pasivo, que asistía atónito a cómo los anuncios penetraban en su inconsciente. No obstante, la publicidad no se encuentra únicamente en los medios de comunicación, sino que está allá a dónde vamos. Las nuevas tecnologías solo sirven para explotar aún más el carácter consumista de la humanidad, pero no nos libran de, por ejemplo, salir a la calle a dar un paseo y ver en edificios, farolas y medios de transporte, publicidad.

En tiempos de guerra, la propaganda política era el objeto de deseo de muchos gobiernos, pues tenía un poder de adoctrinamiento muy importante a través del cual las potencias dominantes podían expandir sus ideas alrededor del mundo. Lo que más usaban era publicidad callejera: carteles, pancartas, pintadas, etc. Esta unión entre las empresas publicitarias y las potencias líderes de la guerra dejaron en muy mal lugar a determinadas marcas, ya que demostraban, una vez más que, aunque estas no estuvieran de acuerdo con las ideas que debían imponer, por el dinero hacían todo y más.

Todo esto ha constituido lo que a día de hoy se conoce como publicidad tradicional, una publicidad que, sin duda, además de persuadir y conseguir vender aquello que ofrece, desea influir en la vida de los receptores, haciendo que estos adquieran el lenguaje publicitario como el suyo propio. Sin embargo, estos objetivos no se van a quedar anclados en la tradición, sino que se expandirán y evolucionarán a otros medios. Y es que, empiezan a aparecer nuevos formatos adoptados de la Web 2.0. y tecnologías debido a la digitalización de la información y de los medios, dando lugar a lo que actualmente es la publicidad digital.

Sin embargo, inicialmente esto no se supo cómo tratarlo. Aparece el concepto de la "segunda pantalla". Mientras que el receptor está viendo anuncios en la televisión, también los está viendo en la red. Esto hace que la audiencia no se fije totalmente en ninguno de los medios por los que se ofrece la publicidad. Este hecho desfavorece a la televisión, salvo si esta sabe usar este fenómeno como aliado: muchos programas televisivos lo que hacen es recurrir al formato del hashtag para que así, el público pueda emplear dicha etiqueta en sus redes sociales para comentar qué está viendo. Además, con esta estrategia, mucha gente que no está viendo el programa comentado puede ver por redes sociales "qué se cuece" e interesarse. Así el programa consigue más telespectadores.

Esta publicidad digital o publicidad en Internet trae consigo una novedad anteriormente desconocida: la interactividad. Las empresas anunciantes quieren mejorar su relación con la población de este modo, haciendo que lo que anuncian se haga de una manera más cercana al receptor y que este pueda decidir e incluso crear sus propios contenidos.

No obstante, aunque estos nuevos métodos parezcan estar creados a nuestro favor, en mi opinión, poco piensan en nosotros cuando los crean. ¿Que por qué pienso esto? Porque es cierto que con la relación interactiva que nos permite la publicidad digital mantener con el anuncio, podemos controlarlo, decidir sobre qué hacer con él. Pero este proceso no es altruista, no lo hacen únicamente para satisfacer en cierta manera al receptor, sino que, gracias a este poder que se nos ofrece sobre el anuncio, en cierta medida toleramos un poco más los anuncios, porque sabemos que, si nos dan la posibilidad, podemos interactuar y evitarlos, o decidir qué producto preferimos a través de encuestas en plataformas como la de YouTube.

Todas estas técnicas consiguen que, al tolerar los anuncios, pueden incluir más y así ganar más dinero. Las empresas anunciantes se ofrecen a ellas mismas la posibilidad de conocer mejor al usuario para poder crear un contenido determinado dirigido a un sector del público, siendo así más eficientes y efectivos en su búsqueda de beneficios económicos y sociales.

En YouTube, la plataforma usada como ejemplo en este blog, se ven claramente los objetivos de la corporación de empresas publicistas, los cuales se llevan a cabo mediante las encuestas anteriormente mencionadas, donde te preguntan sobre qué producto has escuchado más hablar, dándote una serie de opciones. También está la opción de “saltar anuncio” o de promocionarse mediante los youtubers, aunque esto lo desarrollaremos en las siguientes entradas.

Vivimos en una sociedad donde la publicidad tanto tradicional como digital conviven a la par, se adaptan la una a la otra. Vivimos en una sociedad donde Internet es el patio de juegos para que los anuncios campen a sus anchas, además de ser unos anuncios que se adecuan a la forma de vida de cada receptor. Porque la web nos espía, controla cada uno de nuestros movimientos para que, posteriormente, la publicidad digital como buen aliado, nos ofrezca anuncios de aquellas páginas que hemos consultado. Resulta muy inquietante estar tan al descubierto.


Referencias:




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