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Difusión de la publicidad en el portal de YouTube

  • Foto del escritor: Youtubethisway
    Youtubethisway
  • 21 oct 2018
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 22 nov 2018

Actualmente, todos somos conscientes de que la publicidad ocupa una gran parte de nuestro día a día. Está por todas partes y penetra, a través de nuestros 5 sentidos, hasta llegar al cerebro, haciendo que, fácilmente, podamos reconocer un anuncio la segunda vez que lo vemos. Y es que realmente el uso que las empresas y corporaciones hacen de la publicidad es extremadamente masivo. Parece exagerado, pero los estudios afirman que la población es bombardeada con alrededor de 3000 anuncios, ¡al día!


Bien es sabido que la publicidad es un aparato propagandístico de grandes dimensiones odiado por una gran multitud, sin embargo, los dueños y señores de los medios de comunicación y las empresas ven inconcebible un mundo donde no haya anuncios. En la televisión, en la radio, en la prensa, la publicidad era y es considerada un elemento inevitable por parte del receptor, el cual asistía y, en la mayoría de casos, sigue asistiendo a estos espacios publicitarios en contra de su voluntad. Personalmente, cuando pienso en cómo la publicidad afecta a las personas, no puedo evitar imaginarme una escena donde un individuo asiste impasible y sedentario, sentado en un sofá en frente de su televisor, a un ciclo interminable de spots.

Llega un momento en el que nos conformamos, lo que garantiza el éxito de los anunciantes, decidiendo empujar un poco más el límite de la paciencia de la gente. Y ¿cómo empujan este límite? Pues mediante su extensión a otros medios gracias a la digitalización. Las redes sociales, en el momento en el que surgieron, causaron una brutal revolución que sigue existiendo, pues a día de hoy muy poca gente puede decir que no tiene o ha tenido alguna red social. Y claro, dicha digitalización hizo que a las empresas se les cayera la baba, pues, a mayor número de gente que usa esta nueva tecnología, más probabilidades hay de que visualicen posibles anuncios, haciendo que así los anunciantes ganen más dinero aún, como si no tuvieran suficiente.



Las empresas anunciantes hicieron esta regla de tres y, cómo no, empezaron poco a poco a introducir anuncios en las redes sociales, eso sí, sin dejar de publicitarse en los medios tradicionales. La digitalización avanzaba a pasos agigantados, de tal manera que, en 2010, Martin Hilbert sacó a la luz un estudio en el que afirma que el 95% de información que existe estaba digitalizada y accesible vía Internet. Facebook, el antiguo Tuenti, Twitter, Instagram, Gmail, etc., todas estas redes sociales se usan como instrumento por parte de los anunciantes para hacerse un hueco en ellas y manejarlas a su parecer, gracias al hecho de que son aliados de las empresas que dominan dichas redes e Internet en general.

YouTube no es una excepción. Al ser una de las 5 plataformas más vistas a nivel mundial, los publicistas no podían dejar pasar esta ocasión. Sin embargo, con la digitalización, se dieron varios cambios que anteriormente explicamos en otra entrada. Y es que los anuncios convencionales dan lugar a otro tipo de spots que permiten la actividad del receptor, su participación en el anuncio.

Pues bien, ¿cómo podían las empresas trasladar esta relación interactiva entre el anuncio y el receptor a las redes sociales? Instalando unas opciones en la página anunciante que den el poder de decisión al receptor sobre qué quiere hacer; no volver a mostrarlo, denunciar el contenido que muestra o simplemente, ignorarlo y seguir indagando por la red, hasta encontrarte de nuevo otro anuncio (publicidad masiva), y volver a tener las opciones comentadas, o no. Y es que, a pesar de que se dan anuncios que el espectador puede controlar, hay otros anuncios que mantienen su carácter convencional y, por tanto, no pueden ser modificados. Las empresas buscan una especie de equilibrio entre los convencionales y los interactivos, de modo que consigan el mayor beneficio posible.

En YouTube, tanto las marcas como los anunciantes de las mismas han encontrado en esta plataforma un tesoro donde desarrollar y desenvolver todo su potencial consumista y capitalista. En este caso, la publicidad se puede difundir de varias maneras que ahora vamos a explicar:

- Anuncios convencionales: estos anuncios aparecen en menor medida en los vídeos de Youtube, son aquellos en los que el usuario no puede participar, solo esperar a que el anuncio finalice o ir a otro vídeo. Con este tipo de publicidad, esta misma muestra en la pantalla el tiempo que dura el anuncio que se está visualizando.

- Anuncios interactivos: suelen ser los más frecuentes. Aquí el receptor adopta una posición activa, participa, controla el anuncio, a diferencia de los convencionales, donde el receptor es completamente pasivo. En estos casos, se da el anuncio, pero, en el mismo lugar donde se nos informa con los convencionales de que el vídeo se reproducirá después del anuncio, aquí aparece una opción llamada “saltar anuncio”, la cual surge a los 4 segundos del inicio del anuncio aproximadamente (porque claro, un fragmento de los spots lo tenemos que ver, las empresas no nos van a dejar un solo instante sin publicidad), y nos permite ir directamente al vídeo que queríamos sin necesidad de ver el resto.

Por otro lado, cabe que destaquemos que la publicidad en esta plataforma social no se encuentra sólo al inicio del vídeo, sino que normalmente, hay varios anuncios a lo largo del mismo, incluso al final, como en los medios de comunicación tradicionales. También suele aparecer un anuncio promocionado (sea de la misma plataforma, de otro producto, de un vídeo o película, etc.) en la pantalla de inicio de Youtube.

Otra de las formas más usadas y efectivas de promoción es a través de los product placement en los vídeos de youtubers, personas que se ganan la vida mediante esta plataforma y su objetivo es conseguir el mayor número de “me gusta” posibles. La regla que marca dónde vamos a encontrarnos más anuncios y promociones está directamente relacionada con el número de subscriptores que tenga un youtuber, a más subscriptores, más probabilidades hay de que los anuncios los vean más gente. Una marca habla con el youtuber para llegar a un acuerdo: este promociona un producto de la marca y los líderes de la misma le darán una parte del dinero que consigan con la compra de ese producto. Lo mismo sucede con los influencers.

En conclusión, vivimos en un mundo donde la publicidad es absorbida por nuestros poros de manera incesante. A cada paso que damos y a cada cosa que vemos, miles de anuncios nos comen la cabeza, están por todas partes, y, a pesar de que cada día surgen más dispositivos, aplicaciones y tecnologías nuevas para evadirse de la rutina, parece que no nos vamos a librar de ellos nunca. Somos marionetas a merced del consumismo.


Referencias:

  • https://docs.google.com/viewerng/viewer?url=idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/48877/TFG+Alejandro+Caballero.pdf?sequence%3D1&isAllowed=y



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